lunes, 17 de agosto de 2015

TESTIMONIO DE UN RUNNER: CUANDO SE ACABA LA ENERGÍA

Esta entrada la tenía guardada desde el año pasado, pero por razones de tiempo (y de olvido), no la había publicado en este espacio. Ahora va...


Como tengo la firme creencia que se debe predicar con el ejemplo y que la teoría sin práctica no funciona, hoy participé en la Corrida por la Inclusión, evento organizado por las Fundaciones Fortaleza y Luz, efectuado en el centro de Santiago y que tenía por objetivo promover la inclusión de las personas con capacidades diferentes a través del deporte.

Junto a mi amigo Rodrigo Horta (Roy de ahora en adelante), nos inscribimos en la distancia de 15 km.

Partimos desde la Villa Portales caminando en dirección a la Moneda, en pleno centro de la capital, y al cabo de unos 25' ya estábamos en la partida. Un suave trote de calentamiento y a eso de las 9:00 horas se daba la largada a la corrida.

Dolor en m. gastrocnemio lateral
de pierna derecha
En mi mente tenía planificado recorrer la distancia a un ritmo moderado, ya que el domingo anterior había sufrido una distensión muscular en el gastrocnemio lateral derecho (ver imagen), a raíz de unos ejercicios de técnica efectuados al día siguiente de haber corrido 16 km, lo que me deja el aprendizaje de que para una próxima oportunidad, debo descansar la musculatura específica al menos 24 horas luego de un kilometraje largo.

El ritmo moderado para mí era pasar en 5'30" cada kilómetro (5'30"/km) y ver si es que la molestia del gastrocnemio me permitía terminar los 15 kilómetros de recorrido. Este detalle es importante para explicar lo que detallaré más adelante.

Partimos con Roy al mismo ritmo, cabe destacar que él tiene mejores registros de pasada que yo. Cuando llegamos al kilómetro n° 3, vimos que íbamos a un ritmo promedio de 4'50"/km, me sentía bien, no me molestaba la distensión así que decidí seguir al ritmo que a Roy le sentía muy cómodo.

Cuando el recorrido viró hacia el oriente, en el kilómetro n° 6, la pendiente empezó a sentirse y mi cuerpo también lo hizo. Ahí con mi compañero acordamos en separarnos, a fin de bajar un poco el ritmo y él continuar.

En ese kilómetro me hidraté en el puesto de avituallamiento, y continué, disminuí el ritmo, pero en ningún caso bajé a la velocidad de pasada propuesto en un principio. Los kilómetros n° 6, 7 y 8 los pasé en promedio a 5'00" / km. Así continué hasta que en el kilómetro n° 9, justo cuando el recorrido viró hacia el norte, comencé a sentir los primeros indicios del desgaste: en primer lugar una molestia en el mismo lugar de la distensión, y luego un escalofrío por la espalda y los brazos.

El temido dolor de gastrocnemios se desapareció rápidamente, pero los escalofríos no. Ahí comprendí que el problema mayor era que se estaba acabando la energía. Obviamente esa sensación vino acompañado de una merma en el rendimiento. Así, los kilómetros n° 10 y 11, los cubrí a un ritmo de 5'15" y 6'04" respectivamente. En el kilómetro n° 11 caminé unos 100 metros para poder recuperarme. Ahí pude reflexionar que la fatiga se debía a tres factores:

  1. Un aumento en la velocidad del ritmo de carrera, que derivó en una rápida disminución de la glicemia, por deplección de las reservas de glucógeno.
  2. El sol que a esa hora había llegaba de frente, lo que causaba un calor intenso, el que no se podía solucionar ya que no había agua cerca.
  3. El entrenamiento irregular llevado a cabo durante la semana, el cual se debió a la molestia ya explicada.

Por ahí por el kilómetro n° 13.
Nótese la sonrisa forzada, jajaja.
Así, esos kilómetros fueron complejos. No puedo negar que tuve fuertes deseos de salir de la carrera. En el kilómetro n° 12 había un puesto de hidratación, lamentablemente no había agua, pero en vista de la necesidad, tomé un vaso de jugo isotónico y lo bebí "al menos esto tiene algo de glucosa", pensé. Afortunadamente, unos metros más allá un señor estaba regando la vereda, no lo dudé y me dirigí hacia él (como varios otros runners) y disfruté del agua helada. Aproveché de mojar mi cabeza y cuello, situación que ayudó mucho a disminuir la temperatura corporal. Una foto del recorrido corrobora mi mal estado... jajajaja


De ahí en adelante experimenté una mejoría en las sensaciones, lo que derivó en que repuntara el ritmo de carrera, 4'58" en el kilómetro n° 12, 5'11" en el kilómetro 13 y 4'55" en el kilómetro n° 14, ayudado eso sí, con que el recorrido viraba hacia el poniente, con marcada pendiente descendente.

No obstante lo anterior, las sensaciones generales no fueron agradables, sentía deseos de terminar rápido, feliz fue la llegada a la meta, finalizando con un tiempo de 01:12'22", para una distancia final de 14,33 kilómetros.

A modo de resumen, el ritmo promedio de pasada fue de 5'03"/km, bastante más rápido que el 5'30"/km planificado, sin embargo experimenté algo que la gran mayoría de los corredores han experimentado al menos una vez: "el muro".

A pesar que este concepto es utilizado mayormente en las carreras de más largo aliento, como la maratón, es perfectamente aplicable a otras distancias ya que el efecto es el mismo, una disminución del rendimiento, acompañada de malestares físicos de diversa índole.

La principal causa de esto es el vaciamiento de glucógeno muscular, reserva de glucosa que es empleada para esfuerzos de esta naturaleza. Se supone que en una carrera de 15 km en mi caso era perfectamente terminable, sin embargo mi error fue táctico: apuré el ritmo cuando no debía.

¿Cómo solucionamos esto?

Pues de forma bastante sencilla. Siga estos consejos:

Roy en plena carrera.
Nótese que esa sonrisa es verdadera jaja.
1. Respete los tiempos planificados: Si se ha entrenado a 5'30"/km, no espere que por arte de magia va a correr la misma distancia a 4'45"/km. Es obvio que se le acabarán las reservas antes.
2. Lleve consigo alimentos ricos en glucosa: Si no siguió el consejo anterior, o si se aventuró en una distancia mayor a la que normalmente estaba adaptado, entonces lleve consigo alimentos ricos en glucosa de metabolización rápida, como plátano, naranja, chocolate o los alimentos que venden en las tiendas especializadas (gomitas o gel). Si usted se conoce, no debería esperar a que lleguen las sensaciones de fatiga, debe consumirlas antes que aparezcan.

Siguiendo estos sencillos consejos, se salvará de los molestos síntomas de esta situación, lamentablemente muy común entre los runners.


Para terminar este testimonio, sólo queda felicitar a Roy por su tiempo: 1:05'23", a un ritmo promedio de 4'26"/km (véase la fotografía) . La sonrisa que lleva es de verdad...

...y a mostrar las fotos de esta corrida que entrega valiosas experiencias.
La llegada, ya más descansado.
Aprovechando fotos con la farándula.
Aquí con el maestro, Fernando Solabarrieta.
...Estoy llorando!!!!!!
Y aquí con uno de los guías de nuestro medallista paralímpico Cristian Valenzuela, el atleta Francisco Muñoz, quien salió 4° en la clasificación general.

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